Glaucoma
Es una enfermedad que afecta al nervio óptico. El principal factor de riesgo que tiene y que podemos controlar es el aumento de la presión intraocular (PIO).
La detección precoz es fundamental.


Definición y tipos
El glaucoma es un conjunto de enfermedades que tienen como característica común una atrofia del nervio óptico con una pérdida de campo visual. El aumento de la presión intraocular es el principal factor de riesgo.
El humor acuoso es un líquido que se produce dentro del ojo, en una estructura llamada procesos ciliares, y se elimina por la malla trabecular. Esta malla se encuentra situada en una zona que forma un ángulo entre el iris y la córnea.
El glaucoma puede ser de ángulo abierto o cerrado, y también puede ser primario o secundario a otras patologías oftalmológicas. El glaucoma primario de ángulo abierto es el tipo más frecuente de glaucoma, estimándose una incidencia según la Organización Mundial de la Salud de más de 2 millones de casos nuevos cada año.
Tener un familiar con glaucoma aumenta el riesgo de padecerlo. Se han identificado varios genes relacionados con el glaucoma, como por ejemplo el nada TIGR, GLC1A, GLC1B, GLC1C, etc.
El glaucoma suele aparecer en la edad adulta (a partir de los 40 años de edad), aunque existen casos de glaucomas congénitos, infantiles y juveniles.

Diagnóstico
El glaucoma se manifiesta clínicamente como una pérdida lenta, progresiva e irreversible del campo visual que no es percibida por el paciente hasta que no llega a estadios avanzados, en los que la visión periférica es ya muy reducida.
Una revisión oftalmológica básica permite diagnosticar esta patología en la mayor parte de los casos. Aparte de la exploración oftalmológica, existen diferentes pruebas complementarias que nos ayudan al diagnóstico y seguimiento de esta enfermedad. Algunas de ellas son:
- Retinografía: es una fotografía del fondo de ojo que nos permite documentar el aspecto del nervio óptico y detectar posibles cambios a lo largo del tiempo.
- Paquimetría: permite medir el espesor de la córnea y estimar correctamente la presión intraocular. Además, tener una córnea fina se ha establecido como factor de riesgo independiente para el glaucoma.
- Perimetría automatizada: analiza el campo de visión de cada ojo para detectar defectos y monitorizar su progresión en el tiempo.
- Tomografía de coherencia óptica (OCT): utiliza la luz para obtener imágenes seccionales de varias estructuras del ojo. En el glaucoma se produce una pérdida de las fibras nerviosas peripapil·lars y el OCT nos permite detectar esta alteración. Últimamente el análisis por OCT de las células ganglionares de la mácula se ha demostrado de utilidad en el diagnóstico del glaucoma.


Tratamiento
El tratamiento del glaucoma está orientado a disminuir la presión intraocular, a mejorar el flujo ocular ya reducir el estrés oxidativo. Para ello, disponemos de varias herramientas:
- Colirios: existen varios tipos de fármacos que pretenden disminuir la presión intraocular, ya sea reduciendo la producción de humor acuoso o aumentando su drenaje. Las diferentes familias de fármacos utilizados son las prostaglandinas, los alfa-agonistas, los beta-bloqueantes y los inhibidores de la anhidrasa carbónica.
- Procedimientos láser: La iridotomía y la iridoplàstia se realizan para evitar o revertir un bloqueo del humor acuoso cuando el ángulo trabecular es estrecho. La trabeculoplastia consigue reducir la presión intraocular en algunos casos de pacientes con glaucoma de ángulo abierto.
- Cirugía: los procedimientos quirúrgicos están destinados a reducir la presión intraocular en los casos refractarios o si aparece una intolerancia al tratamiento médico. Estas técnicas tienen como objetivo principal crear un drenaje del humor acuoso desde el espacio intraocular hasta el espacio subconjuntival. Las técnicas quirúrgicas más utilizadas son la trabeculectomía, la esclerectomía profunda no perforante y el implante de dispositivos valvulats. La ciclofotodestrució del cuerpo ciliar con láser diodo se plantea como una alternativa en casos complejos y avanzados.
- Neuroprotección: existen diferentes productos de acción antioxidante que pueden tener un efecto beneficioso sobre el nervio óptico reduciendo el estrés oxidativo. Algunos ejemplos son el gingko biloba, las antocianinas (arándanos) y la epinerve (té).
Conclusiones
Los pacientes afectos de glaucoma no perciben la pérdida de campo visual hasta estadios muy avanzados.
Dado que el glaucoma es una enfermedad altamente prevalente e irreversible, es de vital importancia un diagnóstico precoz.
Con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado podremos evitar una pérdida importante de la visión que, en el peor de los casos, puede derivar en ceguera.
Se recomienda hacer revisiones periódicas a todos partir de los 40 años, y antes si hay antecedentes de glaucoma en la familia.